Son los bailes ceremoniales relacionados con el culto solar y la fertilidad. El primero conocido como Guagua y es el ritual previo a la Danza de los Voladores (conocido también como Vuelo de los Muertos), es una mas de las muestras del gran sincretismo que caracteriza nuestro país, el eterno baile entre la vida y la muerte. Durante este rito inicial los danzantes bailan en forma horizontal en un claro llamado a la madre Tierra invocando buena cosecha y lluvia.
Posteriormente inicia el ritual de los Voladores, el primero en subir es el Caporal que con su canto de carrizo y tamborcito indica a los voladores que vayan subiendo uno a uno, mientras ellos mismo suenas sus sonajas (imitando el sonido de la lluvia) y son ellos quienes representan a la calandria, el águila, la guacamaya y el quetzal. Una vez que los cinco han llegado a su posición en lo alto del poste, el caporal cambia la tonada y mirando al horizonte (que representa el principio de la vida entre los totonacos) inicia un singular zapateado pidiendo permiso para continuar con el ritual y pidiendo también protección para él y sus compañeros.
Cambia nuevamente a una melancolica tonada girando en su zapateado hacia los cuatro puntos cardinales. Una vez que termina, se sienta sobre el molinete y con suntuosidad y el flautín de carrizo anuncia a sus compañeros que deben iniciar el descenso, uno a uno se lanzan al vacío.
Darán trece vueltas hacia abajo con los brazos extendido simulando el vuelo de las aves que representan y haciendo alusión al calendario de nuestros antepasados , ya que trece vueltas multiplicadas por los cuatro voladores da 52, que son los meses del calendario mesoamericano.
Una vez que los voladores han llegado al piso, por una de las cuerdas se lanza el caporal. Juntos agradecen la protección recibida durante el ritual y se retiran.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario